viernes, 5 de febrero de 2016

CUANDO UNO ES BUEN GALLO, DONDE QUIERA CANTA

“CUANDO UNO ES BUEN GALLO, DONDE QUIERA CANTA”
México, D.F a 28 de noviembre del 2015

  • §  QFB Patricia quería ser actuario o matemático
  •  
  • §   La segunda persona que más sabe de Campylobacter en el mundo.








Siempre me he preguntado que es más fácil: ¿Pensar, sentir o actuar?  Siempre he dicho que es más fácil sentir , al final es algo tan natural como comer; pero, el pensar y el actuar vienen después; así es como la vida tiene sentido y al tener sentido, obtienes el éxito.
Pero lo que no nos han dicho es que para llegar a esta fase de la vida hay dos factores que se tienen que tener en cuenta: perseverancia y tiempo. El tiempo para dedicar a lo que te hace sentir, a lo que te apasiona; y se necesita la perseverancia para poder tener todo lo anterior. Después viene que te paguen por todo esto.

Fue cuando el tiempo empezó a tomar sentido; Viernes, Sábado, Domingo, Lunes, Martes, Miércoles, Jueves y otra vez Viernes; 23 escalones, un perro Schnnauzer blanco, bueno, dos perros blancos Schnauzers. Una puerta café, que se abría con un cordón, dos camas: una a mi derecha y la otra en frente mío. Un computador a la izquierda, el escritorio donde se guardan los discos, los cosméticos, los materiales de la escuela; incluso es ese escritorio que esta frente a la cama donde se guarda la vida, donde empieza el primer encuentro.
Patricia Arzate Barbosa, es una química egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), jefa de laboratorio de bactereología  en el Instituto Nacional de Pediatría (INP) y la perfecta víctima para poder demostrar esta hipótesis mía en donde la perseverancia y la pasión te llevan al éxito.

Estábamos en la casa de su madre, que también es mi casa y que por cierto, su madre es mi abuela. Fue ahí en el primer encuentro donde se establecieron las reglas del juego; lucía segura, como si no me fuera a relatar más de 30 años de vida profesional, en donde su vida es más allá que una pasión: son partículas, bichos y bacterias.

Cuando nos dimos cuenta que estábamos en igualdad de condiciones, nos percatamos  a quien nos enfrentábamos. Tal vez la unión parental nos unía, pero ese día era algo diferente: una barrera se levanto para que tomará forma de…

Pasaron 5,10, 15 minutos para poder tomar en cuenta las reglas del juego; eso no importo mucho, el tiempo se volvió efímero, pero no se volvió algo que pudiéramos olvidar, por que fue muy exacto, como las tazas de agua que tome esa noche. Después, todo volvió a la normalidad, ella volvió a ser mi tía y yo su sobrina.



Llego el día deseado…

Transcurría el segundo día, el día en donde las cosas fueron diferentes, mismo lugar: Casa de la abuela, en un sillón para 3 personas, en donde siempre se sientan 5; con una mesa en dónde la noche anterior había tomado 3 vasos de agua de Jamaica, en un sillón en dónde la química Patricia Arzate había estado.
Sentada a mi izquierda, con una cámara en frente y un celular que fungía como micrófono, empezamos la pelea:
 “Siempre me decían que cuando se estudia algo que a uno le gusta y que luego uno trabaja en eso, es como doble premio, por que aparte de que es un hobbie, te pagan por hacerlo.
Sin embargo, creo que la vida siempre me había mandado señales de que yo sería química de grande. El único lugar donde mi mamá (mi abuela) me hacía hacer todo lo que yo quisiera era la cocina; ahí yo experimentaba con la comida, veía las reacciones de mis hermanos a los cuales les cocinaba, veía si se enfermaban o no, si les gustaba o no (ríe) ahí no importaba mucho su opinión, tenían que comérselo por que era lo único que había, así que siempre les gustaba. Incluso llegue a pensar que era una buena cocinera.”



Después de un tiempo la química llego a la vida de Patricia pero había una amiga muy cercana que la hacía dudar acerca de que carrera elegir. Esta amiga entrometida muchos la conocen y se llama: Las matemáticas.

 “Al principio me gustaba mucho las matemáticas, por que era la única materia en la que iba bien (ríe), yo quería ser matemático o actuario, pero al pasar el tiempo quería saber más. Si estudiaba solamente matemáticas, me iba a perder el microscopio; la ventaja de química, es que ahí llevaba las dos cosas.”

Pero a veces la vida no es como uno la sueña, hay muchos tropiezos que uno tiene antes de llegar a dónde se quiere. La química no sufrió de ese problema, por que una gran cómplice, (que para muchos es un delirio) le ayudo a entrar directamente a el INP: la tesis.
“Yo no tuve ese problema, estaba terminando de estudiar empecé hacer la tesis; me conectaron con un doctor del INP para poder realizarla en sus instalaciones; empecé a adelantar materias para salir antes y poderme llevármela suave con eso […] Así, poco a poco fui entrando al hospital, me decían que si les podía ayudar con el trabajo, hice interinatos, suplir a la gente y después me ofrecieron una plaza y  me quedé ahí para siempre”

COMO LLEGUE A LA UNAM…

Primero laboratorista, después químico, y en 1994 fue cuando Patricia Arzate Barbosa se convierte en Jefe de laboratorio de bactereología en el INP, en dónde un doctor y un examen de habilidades, las cuales no eran nada sencillas, la ayudan a ingresar como profesora a la Facultad de Medicina de la UNAM. Años después esa misma experiencia laboral, le abren paso a su segunda plaza como profesora en la Facultad de Química de la misma institución.

Estábamos ahí sentadas, en ese sofá un poco grande para mi estatura; ella explicándome un poco de todo lo que ha hecho a lo largo de su vida profesional, tratando de profundizar su explicación con movimientos de sus manos.
“Es agradable compartir con los alumnos las experiencias, para que ellos los tengan en cuenta.”
Hay muchas cosas que no sabremos de Patricia Arzate, como que es una química reconocida a nivel nacional e internacional; cabe destacar, que la química al mencionar esto siempre le brillan esos ojos azules que tiene como el cielo, ese cielo que para ella no fue su límite. Nos habla de esa brillante carrera de investigación, como si fuera algo tan sencillo como respirar.

LA INVESTIGACIÓN COMO SEGUNDO TÉRMINO.

Patricia Arzate ha colaborado en muchas investigaciones, tanto nacionales como internacionales. La más importantes o que por lo menos para ella significa algo más allá que una simple investigación: un estudio colaborativo sobre el Síndrome de Guillain-Barr, junto a la asociación de Campylobacter Jejuni en dónde participaron la Universidad de Pennsylvania, Philadelphia, US, Jhons Hopkins University de Baltimore, Universidades de Copenhagen Dinamarca, Lugano Suiza, Shijazhuang de la Republica de China y el INP de México.
“La mejor satisfacción de ese viaje fue que fui a ver los laboratorios de Jhons Hopkins que es la persona que más sabe de la enfermedad, ¿Y sabes qué, Ale? Cuándo estaba allá, con él, me dijo: ¡qué yo era la segunda persona a nivel mundial qué sabía más de la enfermedad de Campylobacter! ¡la segunda que más sabía!”
No sé como describir esa sensación que uno tiene cuando le cuentan el logro profesional más grande que tiene una persona; yo estaba justo en frente de alguien que consiguió algo más grande que el dinero, un reconocimiento moral que engrandece el alma y al cuerpo.
Y aunque la investigación no sea en dónde más invierte su tiempo la química, ella sabe que en la institución dónde ella labora es una gran herramienta para no dejar a un lado este ámbito de la ciencia.


CUANDO UNO ES BUEN GALLO, DÓNDE QUIERA CANTA”

“El consejo que yo le doy a mis alumnos de química o de medicina: estudien mucho pues el querer es poder, todos tenemos el mismo coeficiente, la diferencia es la responsabilidad que cada uno ponga en sus estudios. Cuando uno quiere tarde que temprano lo van a contratar en alguna dependencia, la que ellos quieren desarrollarse como investigadores, como profesores.
Lo importantes es ser lo mejor que uno pueda, sea maestro, sea científico, sea sólo químico o médico. Qué sean honestos, y que cuando uno es buen gallo, dónde quiera canta.
Nuestro problema en México es que tenemos muchas personas que terminan la carrera pero no hay plazas en donde laborar, pero tarde que temprano, cuando uno es bueno, le van a echar el ojo. No hay que ser del montón, no pongan pretextos; mucho empeño para que alguien los contrate.”
Nunca es tarde para recibir un consejo, y que esto no solamente sea para unos cuantos, que sea para todos. El trabajo cuesta, pero es el único aliciente que uno tiene para que en la vida uno viva de éxitos, de pasiones y no solamente de una cotidianidad que se vuelve eterna.