miércoles, 25 de marzo de 2015

DÍA 470 de 1870


     Hoy,  al levantarme, observé a la madre Tierra más lejana, más seca, menos habitada, pero añorándola día a día; no sé qué fue de mi familia. La nave no cuenta con la tecnología suficiente para hacer una simple llamada; hubiera escogido el proyecto del Halcón milenario: al menos se rumora que me lleva a conocer otras galaxias, mundo, personas.

Llevo más de un año aquí, con las mismas personas que hace más de 470 días. Creí que eran suficientes para vivir hasta que mi cuerpo resistiera más este detestable destierro del planeta azul. Hoy las detesto, mañana también.
En la nave existen tres tipo de alimentos, los de bolsa amarilla, los de bolsa azul y los de bolsa roja; cada uno para cada respectiva comida. No hay estufa, no hay fuego, solamente metiéndolas a una fuente de energía y adicionándoles un poco de agua, treinta segundos después tenías un "rico" alimento. Y pensar que hace más de un año tenía la cena más exquisita allá abajo en la Tierra.
Mi recámara es más grande de la que tenía en México: dos grandes ventanales una en donde se visualiza la Tierra y la otra, dónde siempre está la galaxia.
Nunca creí llegas hasta acá arriba, siempre me encantaba observar las estrellas desde la Tierra: Orión, Tauro entre otras constelaciones se veían hermosas. Ahora abro el césped donde me recostaba.
Hoy, en esta nave de "expedición" deseo regar. Así sea la nave más grande que mi país haya fabricado, no encuentro mejor manera de recrear la vida que puede haber tenido en mi planeta que escribiendo aquí.
Hoy es un día triste, y mañana también, porque no hay vida más que la mía.

Atentamente
La que esta olvidando. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario